Ciro Granados, Periodista

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El Salvador

martes, 27 de enero de 2009

Norman "La Cenicienta" Quijano


De ser uno de esos amigos a los que se le sigue la corriente aunque causan pena ajena, Norman Quijano se ha convertido para los areneros en el personaje del año.
Nadie le regaló el premio; lo consiguió a puro pulso, personal y por la asesoría de algunos de sus amigos, lo que no habían conseguido las grandes apuestas de los areneros: Luis Cardenal, Evelyn Jacir de Lovo y Rodrigo Samayoa.
Norman, al inicio de la campaña, era como el patito feo de los candidatos; todo el mundo estaba concentrado en los presidenciables y al aspirante a la alcaldía capitalina le hacían menos caso del que le hace una orgullosa jovenzuela a la jauría de adolescentes pobretones de su barrio.
Me lo dijo un amigo: "Fijate que es una lástima, porque Norman es un gran candidato". El tiempo le ha dado la razón a este zorro de la política que siempre ha estado tras bambalinas. Porque nadie en ARENA, excepto el mismo Norman, creía que se iba a recuperar la alcaldía de San Salvador.
Contra propios y extraños, y haciendo caso de las asesorías extracurriculares, Norman Quijano derrotó al FMLN, a la alcaldesa capitalina y al mismo sentimiento derrotista que imperaba en ARENA hasta antes del 18 de enero.
Ahora Norman es otro para los areneros. Hoy es el querido Norman, el hombre, el adalid, el mero mero, el que va a llevar a los areneros a la victoria presidencial. ARENA se está comportando con él como se comportan esos lambiscones con el vituperado vecino cuando este se gana la lotería.
Hoy ya no encuentran dónde poner a Norman. Y está bien, tienen todo el derecho porque como político Norman es lo que es gracias a ARENA, gracias a las oportunidades que el partido y los dirigentes le han dado en todos estos años. Y gracias también a su esfuerzo personal y al sistema democrático. El flamante alcalde electo sería un don nadie si no hubiera tenido la catapulta que implica ARENA.
Pero Norman Quijano no lo es todo para las elecciones presidenciales que se avecinan. No es el amuleto al que asirse para apretar los esfínteres electorales en estas últimas semanas. Si alguien en ARENA o fuera del partido está creyendo que Norman es el redentor de los tricolor, se equivoca.
Norman, eso sí, es el producto de lo que un partido como ARENA puede ofrecer a la sociedad. Es el resultado, además, de lo que un gran tesón puede conseguirse contra viento y marea.
Todos los capitalinos esperan de él muchas cosas.
Pero tampoco va a arreglar la ciudad en estos tres años.
Ni el mago David Copperfield podría desaparecer las ventas en San Salvador, o los buses en desorden, o los lupanares, o todas aquellas malolientes esquinas donde la actual alcaldesa se ganó el nada honroso mote que le imponen sus adversarios.
Lo que sí puede hacer Norman es comenzar a cumplir sus promesas. Si trae un metrobús, aunque no arregle el obsoleto sistema de transporte colectivo que sufre nuestra capital, sí evidenciará que tiene la viabilidad para ejecutar sus propuestas.
Tampoco necesita habilitar todas las zonas abandonadas. Con una zona que mejore cada trimestre dejará en la mente de los habitantes de la gran ciudad que tiene la madera de alcalde.
No va a quitar todos los lupanares. Pero si cierra uno al mes, su obra será evidente.
En fin, Norman, que ahora se ha convertido en la dulce y adorable princesa del cuento infantil "La Cenicienta", está en pleno apogeo de su noche alegre. Hoy todo el mundo lo quiere. Hoy hasta lo ven como el verdadero líder del partido.
Va a perder el zapatito, es algo normal cuando empiece a poner orden en al capital, y vendrán algunos meses de dudas entre quienes votaron por él.
Sin embargo, de sus acciones dependerá que San Salvador lo elija en 2012 para que siga con los proyectos que ya comenzó, o que le restriegue en la cara el rechazo que ahora sufre la defenestrada monarca efemelenista.
Y cuidado, que si Norman hace bien las cosas será el próximo candidato a la presidencia para 2014, que competirá contra Will Salgado y Óscar Orti,z o contra el mismo Mauricio Funes, ya sea porque este último perdió en 2009 y sigue los pasos de Lula, o porque ganó en 2009 y ha conseguido con triquiñuelas una reforma constitucional que permita la reelección.

3 comentarios:

caterina dijo...

wow!

Antonio Soriano dijo...

Comparto tu opinión. Y creo que, además, Norman dio a ARENA un mensaje de como hacer campaña electoral. Norman se dedicó a hacer criticas reales a la alcaldesa y no se fue con campaña sucia. Eso, creo, entre otras cosas le ayudó a ganar las elecciones. Quijano fue un candidato al que daba gusto entrevistar o escuchar una entrevista de el porque fue un candidato con ganas de ganar, daba esperanza, contrario al candidato presidencial de ARENA.

Anónimo dijo...

Totalmente en lo cierto Antonio. Se ve que tienes experiencia en estas lides. Felicidades

Ciro

 

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