Ciro Granados, Periodista

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El Salvador

jueves, 18 de septiembre de 2008

El reto: leer todo este artículo

Esta es uno de esas opiniones que se deben escribir aunque se intuya que pocos van a terminar de leer. Por compromiso democrático hay que hacerlo, dirán algunos; por registro histórico, asumirán otros.

Primer bostezo:
El sistema democrático que impera en El Salvador es del tipo representativo: el pueblo delega su poder en sus representantes (Asamblea Legislativa, Alcaldías y Poder Ejecutivo de manera directa).
Esto significa que todo lo que ellos hagan deberá ser aceptado por el pueblo, porque la mayoría del pueblo los eligió para que decidieran por él. Así que la Asamblea hace y deshace leyes, elige funcionarios como la Corte Suprema de Justicia, el más alto tribunal del país; escoge al fiscal general, a los procuradores.
Este sistema permite que las instituciones sean las que trabajen por el bien de la comunidad. Que la Asamblea haga buenas y adecuadas leyes. Que el Ejecutivo administre bien los fondos, haga obras y nos represente en el extranjero, por citar ciertas funciones. Que la Corte Suprema de Justicia haga eso, justicia.
En fin, todo está programado para que marche sobre ruedas. Para que la población se dedique a lo suyo teniendo por seguro que a quienes ha elegido harán también lo suyo... y bien.

Segundo bostezo:
Al FMLN ya no le gusta ese sistema. Y está proponiendo otro sistema: el de la "democracia directa". Esto, en las letras pequeñas de los contratos leoninos, significa una sola cosa: que el pueblo ya no va a elegir representantes sino que manejará el poder por su cuenta. Nada de andar delegando en otros lo que por derecho me conviene.
Pero como manejar el poder de manera directa donde cada cabeza es un mundo se vuelve un descomunal atasco, entonces el gobernante que propone este modelo tiene una jugadita que proponer: que el pueblo delegue (¿no que no?), pero entre él mismo, sus representantes, con la diferencia que estos no se convertirán en instituciones. Y entonces, desde el "poder popular" se decidirán los destinos de la nación

Alerta 1:

Con ese sistema es que nacen los grupos paralelos, los comités de barrio, las policías comunales, por citar algunos ejemplos. En teoría no suena apocalíptico. En la aplicación sí queda demostrado que es un desastre.
Un desastre porque estos "delegados" responden al gobernante que ha creado las masas. Este sistema es el más eficaz caldo de cultivo para que surjan los líderes mesiánicos, los dictadores, los gobernantes plenipotenciarios.
Este sistema impide la existencia de contrapesos al poder; no permite que exista la negociación entre representantes de uno y otro sector. Porque es un solo sector (el emperador y sus sátrapas) el que ostenta el poder.
Como la puesta en marcha de este sistema ya tiene ejemplos: Cuba, Venezuela, Bolivia y otros, cualquiera puede decidir si le gusta o no.

Alerta 2:

La llegada de estos modelos no surge del azar. Llega con el cansancio de la gente por la inoperancia y corrupción de las instituciones.
Se enquista en la sociedad cuando esta sociedad ya no cree en sus representantes porque estos no defienden los intereses de las grandes mayorías sino las prebendas de pequeños y egoístas sectores.
Nacen estos "alien" porque la gente se siente desprotegida. Porque ve a sus representantes no como defensores, sino como dictadores.
En esta situación de desesperanza es muy fácil y casi una obligación moral creer en pajaritos preñados.
Porque los seres humanos necesitamos creer para vivir.

Bostezo 3:
No estoy criticando el modelo. ¿Y entonces? Tranquilos. Lo que no me gusta es que lo han tratado de hacer a escondidas, aunque de manera formal. Han embutido los conceptos en un mamotreto de documento que pocos leerán; lo han disfrazado con palabras bonitas, para quienes lo lean de manera rápida; y lo intentan defender con la peligrosa astucia del mentiroso patológico ante quienes han descubierto el engaño.
Lo que devalúa su argumento, aparte del argumento mismo, es la falta de transparencia.
Y se critica la falta de transparencia porque esta actitud es contraria a lo que predican. Tan contraria también a la conciencia periodística que debería haber adquirido y conservado su candidato.

Felices sueños.

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