Hay dos formas de ver las cosas: bajo el lente del físico cuántico, donde el tiempo corre veloz y todo se mide en nanosegundos; o con la mirada del geólogo, donde lo que cuentan son las eras.
Las elecciones que se avecinan serán históricas. Y no por lo que se pelea entre los partidos mayoritarias, sino por lo que sucederá después de marzo de 2009.
Gane quien gane, una nueva fuerza está por comenzar a gestarse. Una fuerza que tendrá como padres a los liderazgos del partido perdedor que han sido relegados por los líderes actuales, y a una nueva clase política que se unirá a ellos con la confianza de que se confeccionará un nuevo partido que haya aprendido de los errores del pasado y que esté dispuesto a no repetirlos.
Será la tan esperada tercera fuerza, que no ha logrado cuajar porque quienes quieren hacerla en el mundo de hoy siguen empecinados en aplicar las avinagradas recetas de los años setenta y ochenta.
Escenario 1:
Si gana el FMLN, ARENA va a desintegrarse por lo menos en la forma que la conocemos hoy.
Surgirán los políticos que quedaron rezagados en las elecciones internas y, junto a otros visionarios de derecha, construirán un partido que “no huela a ARENA” y que, principalmente, no cometa sus errores.
Esa fuerza será grande porque, si se maneja bien, aglutinará a muchos salvadoreños que no creen en el FMLN pero que ya están cansados de la manera en que los areneros actuales hacen las cosas.
Aparte, servirá para dar un nuevo respiro a un ambiente político salvadoreño que está a punto de estallar por la perversa polarización que la prepotencia de unos y el resentimiento de otros ha ocasionado.
Será un partido de centro derecha que tendrá al ser humano, y no al mercado, como figura central. Y en la cual el mercado será la principal y poderosa herramienta para hacer crecer el individualismo como detonante del desarrollo colectivo.
Escenario 2:
Por otro lado, si gana ARENA, el FMLN se habrá dado cuenta de que con los más radicales es imposible ganar una presidencia, ni aún habiendo llevado como candidato a un personaje que no huele a gatillo sudado y que levanta simpatías entre propios y extraños por más hosco que sea.
Entonces, del FMLN van a surgir los líderes que han estado con perfil bajo; aquellos “durmientes” que se quedaron en el partido para conservar y usar en su debido momento la marca, pero que no tienen la misma filosofía de los dirigentes actuales.
Y esos, junto con movimientos como Los Amigos de Mauricio pueden construir una izquierda vitalizada, con Funes a la cabeza que busque borrar el tufo a pólvora y a monte y las momificadas fórmulas del socialismo absurdo.
Porque a pesar de que pierda, Mauricio Funes no va a desaparecer del ambiente. Y que no le extrañe a nadie que el Funes-perdedor se convierta en el Funes-coordinador general del FMLN.
En una situación como la planteada dentro del Frente, otros partidos de izquierda minúsculos van a acercarse por el típico efecto de atracción gravitacional. Y porque el FMLN ya no dará miedo.
Además...
Si pierde, en este periodo 2009-2014 el FMLN tendrá la oportunidad de abjurar de sus estupideces socialistas gracias a que el panorama internacional también le resultará benévolo con salida de Hugo Chávez del poder en 2013 y la cercana muerte del castrismo por vejez.
A esto hay que sumar que si triunfa ARENA este va a ser su último periodo en el Ejecutivo, haga bien o haga mal las cosas; porque el cansancio de la población ante la marca será tal que se probará algo diferente por el mero instinto humano del cambio.
Y si gana el FMLN en 2009, los duros se enquistarán en el poder del partido aduciendo que su fórmula ha sido la triunfadora, y no Mauricio; no dejarán gobernar al presidente, impondrán sus ideas, estrangularán la economía con medidas populistas, darán una paliza a las instituciones y el país irá en picada porque aplicarán sus más retrógradas recetas de gobierno.
Y entonces, al final del mandato, la nueva fuerza procedente de la descomposición de ARENA tendrá algo interesante que prometer.
Entonces veremos el surgimiento de una tercera fuerza poderosa que tendrá serias posibilidades de descongestionar esta gripe social que tanto daño está causando al desarrollo salvadoreño.
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