Ciro Granados, Periodista

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El Salvador

jueves, 18 de septiembre de 2008

Entre la prepotencia tricolor y el resentimiento rojo (versión II)

Los "astros" políticos parecen alinearse para que ARENA pierda las elecciones. Desde la crisis alimentaria y su relación directa con el costo del petróleo, hasta el cansancio hacia las instituciones el panorama es peor que nunca para el partido en el gobierno.
No es porque el FMLN haya hecho bien las cosas que marcha bien. Es porque la gente se siente frustrada con lo que tiene y por lo que no tiene.
Por tal motivo es que el FMLN está arriesgando hasta lo inimaginable y no le importa cometer lo que, en épocas normales, serían medidas y acciones políticamente suicidas.
Nadie en su sano juicio, por ejemplo, va a proponer cambiar un sistema democrático por uno en el que la tradición enseña que es el vivero de dictadores. Pero el FMLN lo está haciendo.
Nadie se pone a agredir a periodistas en época de campaña política. Algunos efemelenistas lo están haciendo.
Salvo casos especiales, los políticos usan los tiempos de campaña para abrirse a los medios de comunicación. El FMLN se está cerrando.
Ataca a diestra y siniestra con la impunidad de los anarquistas. Critica por criticar y todo lo que no huela a monte, a pólvora, a secuestros, a guerra, a revolución o muerte, a socialismo del siglo 21... todo lo que no huela a FMLN lo descalifica, apesta, es traición.
Están haciendo todo lo contrario a lo que se indica en los manuales de los comportamientos en las campañas políticas.
Y aún así, la gente sigue creyendo en ellos.
No hace falta devanarse los sesos para entender el fenómeno:se está imponiendo el sentimiento de venganza. De venganza contra lo que ARENA no ha hecho en estos 20 años.
Mientras eso pasa ¿qué hace ARENA? Muy poco, a mi juicio, para convencer a propios y extraños de que una quinta presidencia no será más de lo mismo.
Y entonces se comportan como bolitos tambaleantes, siguiendo atrevidas corazonadas políticas nacidas de la peligrosa ignorancia de quien se cree docto.
Se ponen a hacer obras mal programadas (http://archive.laprensa.com.sv/20080917/opinion/1140802.asp)con la idea de terminarlas justo antes de las elecciones... ¡Por Dios! como si la gente fuera imbécil para creérsela.
Ponen a una señora a llevar obras a Soyapango con el transparente disfraz de vicegobernadora que deja en total evidencia la camiseta sudada de candidata a alcaldesa.
¡Y todavía esperan que la gente crea que no se trata de campaña proselitista!
Ponen a los antimotines cerca de Casa Presidencial a vigilar una manifestación como si estuvieran en tiempo de guerra, e impiden que residentes en la zona pasen mientras un gorila uniformado les ordena "Busquen otra ruta".
La gente se va a buscar otra ruta pero política.
Los areneros se comportan como que ya ganaron. Llegan a los cantones con botas lustrosísimas, sombreros recién comprados y un equipo de guardaespaldas que choca, de manera espantosa, con la realidad de los habitantes.
Como decía un analista reconocido: "ARENA se merece que le den verga, pero nosotros no".
Añado a eso: los que tenemos vocación democrática estamos descorazonados porque, ni modo, tenemos que escoger el menor de los males. Y entre la prepotencia tricolor y el enconado resentimiento farabundista no se necesita demasiado sentido común para decidir.

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