Ciro Granados, Periodista

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El Salvador

jueves, 23 de octubre de 2008

¿Evangelio de odio para ganar el cielo de la "justicia social"?

Ayer por la tarde, llevé a un amigo mío por las calles del centro de San Salvador. Las cosas típicas: trabazón media de las cinco de la tarde, decenas de vendedoras, las aceras tomadas por las mafias del centro, los buseros matones, las calles llenas de cráteres, la catedral al fondo... en fin.
Y cuando me preguntó sobre la situación política, surgieron temas como la polarización (¿cómo no!), el candidato del FMLN y su tensa relación con los medios de comuncación y el futuro del país en caso que ganara la izquierda.
Le contaba yo sobre las predicaciones de odio que se han hecho desde ambos partidos mayoritarios a sus huestes y sobre la descalificación al adversario por ser contrario y no por la debilidad del argumento.
Y claro, la única respuesta que tuve sobre el tema fue un leve movimiento de cabeza, tal vez porque resulte un poco extraño para un europeo el nivel de confrontación.

Hoy por la mañana, de camino a mi trabajo, escuchaba una radio del FMLN y a sus oyentes que opinaban, se quejaban, aplaudían gestiones farabundistas y, naturalmente, criticaban las campañas proselitistas de los adversarios.
Y hubo algo que me llamó poderosamente la atención: una de las señoras que llamó, después de lanzar las consabidas críticas contra Norman Quijano, candidato a la alcaldía capitalina por ARENA, dijo unas palabras: “Por eso es que como dice la canción, yo le digo a la alcaldesa Violeta Menjívar (del FMLN) 'Mi comandanta se queda...'”
¡Qué triste!, pensé. Esta gente todavía tiene el tufo a guerra, no abandonan el lenguaje del combate, siguen pensando con la lógica de guerrilleros. ¡Y siguen odiando al adversario, como si la guerra continuara!
Otro de los oyentes criticó un supuesto ataque que seguidores del candidato Norman Quijano habían hecho a unos jóvenes del FMLN “que se llegaron a sentar enfrente de ellos y les tomaron unas fotos...”
Primero, no hubo tal ataque con machetes, como lo dijo el radioescucha. Estamos seguros de eso porque un periodista de El Diario de Hoy asistió a la cobertura del evento (una jornada de limpieza). Sí hubo acusaciones mutuas e insultos.
Segundo, no se necesita ser brillante para darse cuenta del “salveque” (amenaza velada) que los primeros hicieron al tomarles la foto.
Porque se ha vuelto una costumbre que en los eventos del FMLN a los periodistas les tomen fotos cuando comienzan a incomodar con sus preguntas a los candidatos.
¿Para qué una foto del periodista? ¿Para saber a quién perseguir? ¿Para tenerlo en listas negras? ¿O porque les encanta tanto que quieren conservar un retrato, ampliarlo en papel y ponerlo como póster en su casa? Solo una persona estúpida podría pensar que la foto se hace sin ánimos de intimidar.

Y, por el otro lado, los areneros son iguales de prepotentes. Porque en esa jornada de limpieza, los areneros acusaban a los jóvenes farabundistas de secuestradores y asesinos.
Estas conductas apestan. Tanto o más como las calles capitalinas por las que transitaba ayer.
¿Y así queremos construir una democracia sólida? ¿Así pretendemos llegar al desarrollo como país? ¿Así esperamos que crezcan nuestros hijos? ¿Es este el sistema que vamos a heredarles?
Aquí, en este país, se necesita una fuerza política que no sea ARENA ni el FMLN (PCN tampoco, por favor) que vaya mucho más allá del PDC, CD y FDR y que tenga la valentía para arrojarse a la conquista de conciencias, con la suficiente inteligencia para no prometer pajaritos preñados y con la suficiente justicia para no predicar tampoco la perversa teoría del rebalse.

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