Ciro Granados, Periodista

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El Salvador

domingo, 12 de octubre de 2008

Los borregos, al corral


Al ver la lista de candidatos de ARENA a la Asamblea Legislativa una pregunta vino a mi mente: ¿Y con esta gente esperan que el pueblo les crea que se están renovando? Mi cabeza se movió hacia los lados de manera instintiva


El momento político actual está lleno de promesas. Se promete mejorar la capacidad adquisitiva de los salvadoreños, evitar la corrupción, mejorar el agro, construir hospitales, edificar escuelas, mejorar carreteras y muchas otras cosas más.
Pero no se ha dicho una palabra sobre algo crucial: que los diputados tengan conciencia propia. Que voten en la Asamblea Legislativa por lo que realmente quieren votar. Como lo hacen otros diputados en otros países.
Al momento de escribir este artículo aún está hablándole a la Asamblea general el presidente de ARENA, Rodrigo Ávila. Les habla de un gobierno ciudadano; les recuerda (no sé por qué, en realidad) que su partido fue el que propició la firma de la Paz, que ARENA nació para defender la patria y cosas por el estilo.
Acaban de aprobar en ARENA la nómina de los que competirán para una curul en el Congreso. Pocas novedades. Las caras nuevas (?): Rodrigo Samayoa, Mario Valiente, Margarita Escobar y David Reyes son de los más conocidos.
¿Y de las conciencias? Nada. Volverán a ser los mismos “borregos” de siempre. Los que siempre dicen sí a lo que emana o del Coena o de Casa Presidencial. Porque al que se opone le cortan la cabeza, lo “mandan al exilio” o simplemente lo ignoran y le quitan las jinetas en la plaza pública.
Y no solo en ARENA. En el FMLN es igual. Y en el PDC también; ya no se diga en el PCN. Todos, todos, son borregos, obedientes. Porque así conservan los puestos; así siguen mordiendo el hueso y mamando la teta del estado.
De nuevo ¿y las conciencias? ¿Y sus representados? A lo sumo, lo que hace la mayoría de diputados por su pueblo es regalarles balones de fútbol, implementos deportivos, dinero para las fiestas patronales, fondos para las fiestecitas de la escuela; o les ayudan, a lo sumo, a conseguir que les reparen una calle.
El sistema, como está, apesta. Creo que es momento de cambiar el mecanismo de elección de candidatos. O de abrirse desde las dirigencias partidarias para que cada legislador vote por lo que su conciencia le dicta. ¿O será que hemos llegado al extremo que las conciencias están apagadas?
Debería eliminarse el patético requisito de que solo los partidos pueden proponer las ternas para candidaturas. Y, al tiempo, llamar a especialistas para crear un nuevo método, de tal manera que tampoco se vuelva changoneta y hasta los bolitos de la esquina se lancen a tan importante cargo.
Importante cargo porque de la Asamblea salen las leyes que dirigen nuestra forma de vida. Pero hasta ahora, a lo que representan los diputados no es al pueblo, sino a los poderes que ponen a quienes conforman las dirigencias partidarias.

1 comentario:

Raúl Marín dijo...

Muy correcta la apreciación. Lo felicito. Esto es como decían por ahí, periodismo blogger. Es lo que se necesita. No quiero pegarme la risotada como dicen mientras leo una crónica mal hecha de un evento sin mucha trascendencia. Me agrada este artículo. Saludos.

 

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